TODO LO QUE NECESITAS SABER DE LOS LUNARES

Los lunares son tumores benignos de la piel, todas las personas traemos un condicionante genético que va a determinar el número de lunares que vamos a tener en la vida. Su formación comienza desde la infancia y en el transcurso de los primeros 30 años van a continuar apareciendo, es decir una persona puede nacer con tres lunares y a lo largo de su vida puede llegar a tener 20 o hasta 50 lunares; hay personas que presentan más lunares que otras, pero podemos decir que toda la población en general por lo menos tendrá un lunar.



Se clasifican en:
Intradérmicos, es decir son aquellos que se manifiesta en forma de bolitas de color café.
Nevo o lunar compuesto, aparase como una lesión en forma de bolita o tumoración semiesférica que va desde un color café claro a café oscuro y que puede tener pelo.
Unión o epidérmicos, donde las lesiones o las células del lunar se presentan nada más en la última capa de la piel.
¿Cómo identificar los lunares benignos de los malignos?
Los lunares benignos en general tienen un solo tono, son de tamaño pequeño, aproximadamente 6 mm, se han tenido durante mucho tiempo y su crecimiento ha sido muy lento. Aquellos que son grandes y con pelo tampoco no presentan problema alguno para la salud, a diferencia de lo que comúnmente se piensa.
Los lunares que pueden llegar a ser peligrosos son planos y repentinamente sufren un cambio, llamados nevos de unión.  Suelen ser  manchas oscuras que cambian de coloración y que llegan a tener más de tres tonalidades, que va de un café claro a un café oscuro o a un tono rojizo, o incluso pueden perder tonalidad.
El ABCD de los lunares
Para saber cuándo es necesario visitar al médico es importante considerar los siguientes aspectos:
A – asimetría. Los lunares normalmente van a tener la misma forma de un lado que del otro. Cuando un lunar pierde esa simetría, es necesario considerar una visita al dermatólogo.
B – bordes. Los lunares suele ser muy delimitados, es importante su evaluación cuando empiezan a ser irregulares.
C – color. Debe ser uniforme y homogéneo en todos los lunares, cuando una mancha oscura o un lunar plano oscuro empieza a tener variaciones en el tono que van del rojo, blanco o negro, es un factor de alerta.
D – diámetro. Su tamaño no debe rebasar los 6mm, si se detecta un rápido crecimiento también es considerado un factor de riesgo.
Lunares y pecas ¿son lo mismo?
Los lunares y las pecas son totalmente distintos, las pecas aunque también son manchas de color café, son más claras y diminutas, aparecen en piel que se ha expuesto al sol como la cara, el cuello, los brazos y el pecho; hay personas que están predispuestas a tener más pecas, por ejemplo aquellas que son pelirrojas y de tez muy clara. Los lunares en cambio son lesiones de la piel, que aunque pueden llegar a ser muchos, no se encuentran tan pegados entre sí, como las pecas.
En México existen lesiones que son importantes considerar como los melanomas, que aparecen como manchas oscuras en las plantas de los pies y las palmas de las mano, y que se llegan a confundir con lunares. Existen otros lunares que son poco frecuentes y desconocidos, como aquellos que aparecen en las uñas como franjas oscuras, generalmente se presentan en una uña y comienzan a crecer y a oscurecerse. Cualquier lunar que cambie en tamaño y en el tono o que tenga variación de colores, es un punto o una bandera roja que debe llamar la atención a cualquier persona para visitar al dermatólogo.
Con información de  la Doctora Judith Domínguez Cherit especialista en Dermatología egresada de la Facultad de Medicina de la UNAM. Integrante del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición “Salvador Zubirán”.

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